Siempre encuentras parejas con las que por forma de ser o en este caso aficiones comunes como es el baile, consigues una mayor afinidad o empatía desde el primer momento. Marina y Sergio, que estaba claro que nos iban a dar un baile nupcial diferente, nos hicieron disfrutar desde el primer momento de una boda divertida y rodeada de muy buena gente.

Nos encanta trabajar siempre con un ambiente de buen rollo tanto con los novios y familiares como con los amigos y conocidos, sin duda todo se vuelve mucho más fácil y para las personas que se ponen delante de nuestra cámara se hace mas ameno y menos posado. Conseguir naturalidad en algo tan orquestado es parte de nuestro trabajo y nos gusta intentar conseguir imágenes mas naturales y reales. ¿Cuantas veces nos habrán oido decir lo de “no miréis a cámara, por favor”?.

Disfrutamos cada momento de la boda e intentamos que la pareja también la disfrute al máximo, al fin y al cabo cuando se dan cuenta ya tienen un gin-tonic en la mano y está sonando la música de la barra libre. Desde el primer momento teníamos claro que con la cantidad de invitados de Marina y Sergio, nuestra prioridad era permitir que pudieran exprimir cada minuto con ellos. Por ello, las fotos en exteriores fueron rápidas y llegamos con tiempo al cocktail, además para eso tenían la postboda.

Para la postboda nos desplazamos a Velez-Blanco, la verdad, nunca habíamos ido y nos encontramos con un majestuoso castillo del que, aunque nos encontramos muchas puertas cerradas, conseguimos sacar buenos resultados. Y es que hay que reconocer que a Marina le encanta estar delante de una cámara (a Sergio no tanto… jejeje).

Muchas gracias chicos porque hemos disfrutado de cada momento con vosotros y esperamos que algún día caiga una cervecita!

Ceremonia: Iglesia de San Lázaro Obispo. Alhama de Murcia.
Celebración: El Casón de la Vega. Santomera.